Sentado en el malecón, alguien que no era cubano me dijo, que suerte tienen ustedes con esto, yo vivo en una ciudad si mar . En aquel momento respondi, a mi me da igual, siempre lo he tenido ahí.
Cada minuto se impresionaba mas, vio el atardecer de la habana, con sus increíbles colores, disfrutó de la mezcla del olor a salitre con viento del norte, y no paro de mirar, no hacia nada mas solo mirar al mar.
Ahora soy yo quien vive en una ciudad sin mar, quien no puede cada tarde mirar al norte y soñar, soñar con lo que esta lejos, creyendo en que hay algo mas.
Ya por suerte nunca respondo algo tan tonto como que a mi me da igual, ahora me encanta el salitre, las olas de tormenta, los pescadores, las jineteras luchando, los tríos con sus guitarras, vendedores de maní, y cuantos quieran pasar. Vuelvo a soñar mi habana, ciudad con muro en el mar.
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